Desten presenta su nueva batería LFP, que podría mejorar la carga de coches eléctricos. logrando recargas ultrarrápidas a velocidades que superan significativamente las capacidades actuales del mercado.
La elección de nuevas baterías para coches eléctricos todavía a debate
El mercado de coches eléctricos está en constante evolución, buscando la fórmula ideal que haga que los vehículos eléctricos sean accesibles, eficientes y atractivos para el público en general. Actualmente, hay diferentes tecnologías de baterías compitiendo por la atención de fabricantes y consumidores. En un extremo, las baterías de estado sólido prometen una gran potencia y autonomía, pero su elevado costo las hace más adecuadas para vehículos de gama alta. En el otro extremo, las baterías de sodio son una opción más asequible, aunque con autonomías algo más limitadas, destinándose principalmente a vehículos de precio más accesible.
En medio de este debate sobre la elección de nuevos tipos de baterías para coches eléctricos, las baterías LFP, NMC y NCA han sido las elegidas para vehículos de alta gama debido a su mayor densidad energética, permitiendo una mayor potencia y autonomía en comparación con las baterías de sodio.
El desafío en la elección de nuevas baterías eficaces para coches eléctricos, radica en encontrar una batería que combine potencia, autonomía, costo y durabilidad de manera equilibrada. Empresas como Desten están introduciendo innovaciones, como tiempos de carga ultrarrápidos, para cambiar la percepción de las baterías LFP y ofrecer una solución que aborde varios aspectos clave del debate, como la velocidad de carga y la durabilidad a largo plazo.
Por un lado, las baterías de estado sólido, con la promesa de extraer potencias enormes y ofrecer autonomías nunca antes vistas, podrían transformar la experiencia de conducción eléctrica, superando incluso el millar de kilómetros con dimensiones similares a las de las baterías actuales. Sin embargo, surge un dilema significativo con estas baterías: su elevado costo. No es coincidencia que fabricantes de renombre como Toyota o Nissan estén considerando incorporarlas en sus modelos más exclusivos. En el extremo opuesto del espectro, las baterías de sodio emergen como una alternativa más asequible, aunque con autonomías ligeramente inferiores, destinadas a vehículos de menor precio.
Entre estos extremos tecnológicos, nos encontramos con las consolidadas baterías LFP, NMC y NCA. Las últimas dos han sido las favoritas para equipar a los automóviles de alta gama, gracias a su mayor densidad energética que permite extraer más potencia y recorrer distancias más extensas con baterías de tamaño similar.
Las LFP las baterías de coche eléctrico favoritas por ahora
Las baterías LFP han sido relegadas a los coches más accesibles debido a su menor costo de producción. A pesar de ofrecer prestaciones ligeramente inferiores en términos de peso, potencia y autonomía, su gran ventaja radica en una degradación mucho menor a lo largo del tiempo. Este aspecto podría convertirse en un factor determinante, ya que, a largo plazo, las baterías LFP podrían competir con acumuladores de energía más avanzados y capaces.
Sin embargo, la disponibilidad de estas baterías no implica necesariamente que siempre se deban utilizar a máxima potencia. Aquí es donde entra en escena Desten, una empresa especializada en el desarrollo de baterías, con una propuesta intrigante: una batería LFP que, afirman, puede recargarse del 20 al 80% de su capacidad en tan solo seis minutos.
Desten presenta una nueva batería capaz de cargar un vehículo eléctrico en 6 minutos
Desten presenta su batería como una solución que podría cambiar la carga de coches eléctricos. Alegan que han superado los desafíos tradicionales de las baterías LFP, logrando recargas ultrarrápidas a velocidades que superan significativamente las capacidades actuales del mercado. La empresa asegura que su batería puede alcanzar cargas de 6C, lo que significa la posibilidad de recargar con enchufes de hasta 350 kW, una cifra que actualmente pocos vehículos pueden aprovechar.
Lo que Desten promete, en esencia, son recargas a la velocidad más rápida del mercado para baterías LFP, que normalmente no superan los 100 kW en la actualidad. El avance crucial, según la empresa, es el control del calor durante la carga, lo que garantizaría mantener el 80% de la salud de la batería incluso después de superar los 5,000 ciclos de carga.
Esta capacidad de carga ultrarrápida de 6C significa que, con una batería capaz de ofrecer 400 kilómetros reales de conducción, se podrían recargar 240 kilómetros en apenas seis minutos. Un avance que, de ser validado, podría cambiar radicalmente la percepción de las baterías LFP y allanar el camino para un uso masivo de coches eléctricos.
¿Una batería de coche eléctrico que desafiaría las limitaciones?
En el corazón de la propuesta de Desten está la idea de que su batería no solo ofrece velocidad, sino también seguridad. Aseguran haber controlado el calor de manera efectiva durante la carga, garantizando que la salud de la batería se mantenga en un 80% después de miles de ciclos de carga. Además, resaltan la resistencia de su batería ante situaciones de impacto, asegurando que la seguridad está garantizada incluso en casos de accidentes.
En cuanto al desarrollo, Desten ya ha enviado muestras de sus baterías a socios para realizar pruebas en vehículos reales, marcando un paso crucial hacia la implementación de esta nueva tecnología en el mercado. Si la empresa cumple con sus promesas, podríamos estar al borde de una transformación significativa en la percepción de las baterías LFP y, posiblemente, en la solución a los desafíos de carga que han obstaculizado la adopción masiva de coches eléctricos.