En un esfuerzo por prevenir la propagación de enfermedades, especialmente la leishmaniosis, los países de todo el mundo están implementando normativas más estrictas en las políticas de inmigración de mascotas, como pruebas de leishmaniosis más estrictas para perros.
Se endurecen las pruebas de leishmaniosis para perros importados
Las normas de inmigración de mascotas en todo el mundo se están endureciendo más para prevenir la propagación de enfermedades, particularmente la leishmaniosis. Walter M. Woolf, veterinario fundador y director general de Air Animal Pet Movers, ha anunciado que se han intensificado las pruebas de leishmaniosis para los perros que ingresan a Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia. Woolf destaca que este cambio se debe al aumento en la movilidad de personas con sus mascotas, subrayando la necesidad de normativas más rigurosas en pro de la protección general.
Ahora, se exige a los caninos presentar un análisis de sangre negativo para la leishmaniosis realizado en los 60 días posteriores a su llegada. Uruguay también se suma a esta medida, prohibiendo la entrada de perros en los que se detecte la enfermedad.
Además, se ha expandido la disponibilidad de laboratorios de pruebas de leishmaniosis, que antes solo estaban accesibles en Europa y ahora se ofrecen también en Estados Unidos. Estas medidas responden al aumento de personas que viajan con sus compañeros peludos y tiene como objetivo proteger tanto a los animales como a la población en general.
Así es la leishmaniosis y así afecta a las mascotas importadas en todo el mundo
La leishmaniosis, transmitida por la picadura de ciertos flebótomos, representa una amenaza grave para los perros, pudiendo ser mortal. Aunque los perros infectados no pueden transmitir la enfermedad a los humanos, sí pueden contagiar a otros animales. Los síntomas incluyen problemas cutáneos, hemorragias nasales, pérdida de peso, convulsiones, pérdida de pelo, inflamación de los ganglios, insuficiencia renal e hinchazón de las articulaciones. Perros diagnosticados con leishmaniosis deben recibir tratamiento local y abstenerse de viajar.
En Estados Unidos se han reportado casos de leishmaniosis, principalmente en sabuesos importados y perros de trabajo provenientes de Bangladesh, Brasil, India y Sudán, donde la enfermedad es más grave. Además, se han registrado casos de personas que desarrollaron problemas cutáneos tras visitar la costa este de Estados Unidos.
Síntomas, tratamiento y medidas preventivas de la leishmaniosis en mascotas
Los síntomas de la leishmaniosis canina varían, pudiendo incluir hemorragias nasales, irregularidades oculares, enfermedad renal y lesiones cutáneas como dermatitis exfoliativa y úlceras. Las pruebas de diagnóstico abarcan hemogramas completos, perfiles bioquímicos, análisis de orina y pruebas específicas para confirmar la infección.
El tratamiento estándar consiste en la administración de antimoniato de N-metilglucamina y alopurinol, aunque no garantiza la erradicación completa de la infección. Además, los perros tratados pueden seguir siendo portadores y transmitir la enfermedad a los flebótomos.
Para proteger tanto a perros como a humanos, se recomienda el uso de insecticidas en aerosol que contengan DEET para repeler a los flebótomos. Estudios indican que collares con deltametrina y spot-on de permetrina e imidacloprid ofrecen protección. En Europa y Brasil, se comercializan vacunas contra la leishmaniosis canina, aunque en Estados Unidos su uso está restringido al contar con un permiso del USDA. Actualmente, se están desarrollando nuevas vacunas para su autorización.
A medida que los países refuerzan las normas de inmigración para contener la propagación de la leishmaniosis entre los animales, los desafíos en la prevención de esta enfermedad se presentan como un frente clave en la lucha global. Se destaca la necesidad urgente de medidas preventivas, enfocándose especialmente en el uso de insecticidas y las limitaciones en las vacunas disponibles.
El desarrollo de nuevas vacunas se presenta como una esperanza para mejorar la protección contra la leishmaniosis canina, pero hasta entonces, la prevención sigue siendo la clave en la lucha contra esta enfermedad. Con la globalización en aumento y la movilidad de mascotas, la importancia de abordar estos desafíos se vuelve cada vez más evidente en la protección de la salud animal y humana.
Australia refuerza las normativas para la importación de perros
Se ha revelado que Australia está endureciendo sus normativas en cuanto a la importación para perros, específicamente aquellas dirigidas a prevenir la propagación de la leishmaniosis. La agencia gubernamental australiana encargada de evaluar riesgos y desarrollar políticas para la importación de perros, Biosecurity Australia (BA), ha informado al Servicio Australiano de Cuarentena e Inspección (AQIS) sobre este cambio significativo.
Según BA, todos los perros destinados a la exportación a Australia deben dar negativo en las pruebas de detección de organismos de Leishmania. La certificación necesaria ahora exige que los perros hayan sido sometidos a pruebas específicas en los 30 días previos a la exportación, utilizando métodos como la prueba de anticuerpos fluorescentes (IFAT) o una prueba inmunoenzimática (ELISA), según las directrices de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). El uso de otras pruebas requerirá la autorización previa del AQIS. Todos los perros importados a Australia desde países distintos de Nueva Zelanda, y aquellos provenientes de Nueva Zelanda que hayan vivido fuera de este país, estarán sujetos a estas nuevas condiciones. Esta medida marca un paso significativo en la protección de la salud de los animales y refuerza la posición de Australia frente a las enfermedades transmitidas por mascotas importadas.