China está construyendo gran parte de las centrales eléctricas de carbón, paradójicamente hay indicios de que el país podría estar tomando medidas para reducir su impacto ambiental.
China está construyendo la mayoría de la capacidad de generación de electricidad a partir del carbón en todo el mundo. Actualmente, China está produciendo 136.24 gigavatios (GW) de capacidad de generación de electricidad a partir del carbón, lo que representa aproximadamente el 66.7% del total mundial de 204.15 GW en producción. Esto significa que China está muy por delante de otros países, como India e Indonesia, en términos de construcción de centrales eléctricas de carbón y de generación de electricidad.
A primera vista, podría parecer preocupante para el clima, ya que la generación de electricidad a partir del carbón suele ser perjudicial para el medio ambiente debido a las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, esta situación podría no ser tan desastrosa como parece.
Puede ser porque China también está trabajando en tecnologías más limpias y eficientes para reducir las emisiones de carbono de estas nuevas centrales eléctricas de carbón. También es importante señalar que China es el país con la mayor población del mundo, y necesita una gran cantidad de electricidad para satisfacer las necesidades de su población en crecimiento.
China a la cabeza de los países que construyen centrales eléctricas de carbón
Según los datos de Global Energy Monitor, China actualmente tiene en producción 136,24 gigavatios (GW) de generación eléctrica con carbón, lo que representa el 66,7% del total mundial de 204,15 GW. India, en segundo lugar, cuenta con 31,6 GW en producción, seguida de Indonesia con 14,5 GW. Estos tres países representan el 89% de las centrales de carbón que generan electricidad, y la razón detrás de esto radica en sus grandes poblaciones, la creciente demanda de energía y vastas reservas de carbón.
China apuesta por la transición hacia los vehículos eléctricos
China ha estado liderando una rápida transición hacia los vehículos eléctricos (VE) y el abandono de los vehículos con motor de combustión interna. Las ventas de vehículos de nueva energía (VNE), que incluyen vehículos totalmente eléctricos y tipos de híbridos, están en constante aumento. En agosto de 2023, los vehículos eléctricos representaron el 36,9% de las ventas totales de vehículos en China. Las ventas de VNE han aumentado significativamente desde menos del 5% en enero de 2021. Este cambio es impulsado por la producción masiva de VE y baterías en China, lo que reduce los costos y aumenta la disponibilidad.
Incluso con una red de carbón, un vehículo eléctrico sigue siendo más limpio en términos de emisiones que un vehículo de combustión interna similar. Según un modelo del Laboratorio Nacional Argonne del Departamento de Energía de EE. UU., un vehículo eléctrico de batería en China tendría que recorrer 125,900 km antes de ser más contaminante que un vehículo de combustión interna. Dado que un automóvil promedio recorre alrededor de 170,000 km a lo largo de su vida útil, el vehículo eléctrico resulta ser más ecológico en términos de emisiones.
Al reducir las importaciones de crudo con el tiempo, China disminuye su factura de importación y reduce su vulnerabilidad energética. Además, reduce su dependencia de países productores de petróleo que han influido en los precios del petróleo. Desde una perspectiva económica y geopolítica, tiene sentido que China fomente el uso de la electricidad nacional en lugar del petróleo importado.
China bajo el escrutinio del mundo entero, ¿será capaz el país de cumplir sus objetivos climáticos?
La pregunta clave es ahora si China puede cumplir sus objetivos climáticos a pesar de utilizar una red eléctrica basada en el carbón para cargar sus vehículos eléctricos. En 2022, China generó el 63% de su electricidad a partir del carbón. Aunque está aumentando la capacidad de energía renovable y nuclear, se espera que el carbón siga siendo una parte importante de la producción de electricidad.
Aunque la construcción de centrales de carbón no es la solución ideal desde una perspectiva ambiental, parece tener cierta lógica en el contexto de la transición de China hacia los vehículos eléctricos y la reducción de la dependencia del petróleo importado. Esta estrategia podría ayudar a China a cumplir sus objetivos climáticos a largo plazo y al mismo tiempo garantizar un suministro energético más seguro y económico.